Nuestra Organización


Los antecedentes históricos de la CEDOC-CLAT se remontan a 1906, cuando grupos artesanales de la ciudad de Quito, constituidos en el Centro Católico de Obreros e inspirados en el pensamiento social de la Iglesia Católica contenido en la encíclica Rerum Novarum, contribuyen al afianzamiento y desarrollo de la primera organización sindical de inspiración humanista cristiana.

El dominico Inocencio Jácome, en 1933, crea los sindicatos de oficios denominados Corporaciones Vicentinas y los Centros de Cultura del Obrero. Los intelectuales católicos –Pedro Velasco Ibarra y Luís Alfonso Ortiz Bilbao entre otros, alentados por los nuevos planteamientos sociales de la última encíclica de la época, se vinculan con las organizaciones de obreros y artesanos. Estas iniciativas culminan cuando, en la ciudad de Quito, del 28 de septiembre al 2 de octubre de 1938, se reúne un congreso de sociedades, mutualidades, corporaciones y centros culturales de artesanos y obreros –particularmente de los primeros- que decide fundar la Confederación Ecuatoriana de Obreros Católicos (CEDOC), actualmente denominada Central Ecuatoriana de Organizaciones Clasistas CEDOC - CLAT.
Este I Congreso de los Trabajadores Católicos solicitó las primeras reivindicaciones para su clase como:
  • Participación en los beneficios de las empresas;
  • Fijación de salarios mínimos;
  • Jornada laboral de 8 horas al día;
  • Descanso semanal de 1 día y medio;
  • Vacaciones anuales pagadas;
  • Indemnizaciones por accidentes de trabajo;
  • Salarios iguales para ambos sexos;
  • Salario familiar;
  • Reducción de los impuestos indirectos y establecimiento del impuesto progresivo a la renta.
     
Bandera Cedoc





Además de estos puntos, plantean también la parcelación de las haciendas cuya producción sea reducida por la “inercia de sus dueños” y la participación de los trabajadores en los organismos públicos donde se discuten asuntos que les afecten, como por ejemplo en el Seguro Social, en el Ministerio de Previsión y en el “Instituto de Reforma Agraria” en ese entonces inexistente pero de creación inminente.

Como puede observarse, esta plataforma sindical es muy progresista para la época en que fue propuesta, pero en su acción, la CEDOC participó moderadamente en las luchas sociales y políticas que se dieron en los años siguientes. Esto es explicable por la poca adhesión de obreros y campesinos y la preponderante participación de artesanos, lo que limitaba la interpretación de los problemas de los trabajadores.

En líneas generales, estas características y la plataforma de lucha aprobada en el I Congreso, se mantienen en los años siguientes, como se desprende del análisis de los Congresos II III y IV, realizados en Quito, en 1944, 1946 y 1949 respectivamente. En los años 50 se reduce la colaboración de los sacerdotes e intelectuales, creciendo la participación de los trabajadores en la dirección del movimiento sindical, la que se mantiene en el futuro y es una característica de esta Central.



Asimismo y en forma paulatina se transforma su estructura y se actualiza su doctrina. Ya para el II Congreso concurren cuatro sindicatos de la Industria y una de sus resoluciones propone la organización de los campesinos y principalmente de los indígenas. Pero es a partir del V Congreso, realizado en Quito en 1955 que la CEDOC cambia en forma más significativa, bajo la inspiración de Humberto Valdez, un dirigente sindical metalúrgico, que en los años siguientes introducirá importantes transformaciones.

Su dinámica le lleva a penetrar en la Costa y a afiliar a varios sindicatos industriales y de servicios, algunos muy importantes táctica y cuantitativamente, como es el caso de los trabajadores portuarios embarcadores de banano, en una época en que las exportaciones de este producto constituían la clave de la economía nacional. Para agrupar a otros sectores laborales, el VI Congreso realizado en Cuenca, en 1957, resuelve adoptar el nombre de “Confederación Ecuatoriana de Obreros, Empleados y Artesanos Católicos” (CEDOC).



El VII Congreso realizado por primera vez en Guayaquil y el VIII Congreso celebrado en Quito en 1965, acuerda constituir la Federación de Trabajadores Agropecuarios FETAP, que más tarde se transforma en la Federación Nacional de Organizaciones Campesinas FENOC, con el afán de integrar a las cooperativas campesinas, así como también se crean la Federación Ecuatoriana de Trabajadores de Embarques de Frutas y Anexos y la Juventud Trabajadora Ecuatoriana. En este último Congreso también se resuelve adoptar el nombre de Confederación Ecuatoriana de Organizaciones Sindicales Cristianas, lo que se confirma en el IX Congreso de 1968, donde se aprueban las “nuevas dimensiones del sindicalismo cristiano


Congreso
Este documento la define como “libre, democrática, revolucionaria, unitaria y solidaria”, afirmando “inspirarse en los valores y exigencias de la persona humana y en la concepción democrática de la sociedad, proponiendo “luchar por el reconocimiento del trabajo como el factor más importante de la actividad económica y social” y fijando “como su misión esencial la realización de un cambio profundo, radical y global de las actuales estructuras capitalistas y la implantación de conceptos y estructuras nuevas, al servicio del hombre, de todo el hombre y de todos los hombres” para lo cual busca convertirse en un “factor de poder y de cambio.


En el X Congreso realizado en Quito en el año 1972, la CEDOC afirma que “la actual sociedad ecuatoriana es totalmente inaceptable para los trabajadores, para los pobres, para los marginados, para la inmensa mayoría de ecuatorianos”, que en ella “no puede realizarse ni la promoción personal, colectiva e integral de los trabajadores ni la liberación auténtica de nuestro pueblo”, por lo cual, “el movimiento de los trabajadores debe desarrollar una lucha intransigente y planificada que origine la ruptura de la sociedad capitalista y permita la construcción de una nueva sociedad que inspirada en los valores del humanismo cristiano tenga como bases la socialización de los medios de producción y la realización de una democracia integral: económica, social, cultural y política”. Además acuerda adoptar el nombre de Central Ecuatoriana de Organizaciones Clasistas, CEDOC.

En consonancia con su nueva perspectiva ideológica y con la actitud política asumida, la CEDOC afirma su acción militante, participando activamente en los principales problemas del país, particularmente en los relativos a la reforma agraria; emprende en la organización de los trabajadores, sobre todo campesinos y promueve conflictos laborales para alcanzar la reivindicación de los derechos de los asalariados. Ejecuta acciones conjuntas con otras centrales sindicales para elegir senadores funcionales por los trabajadores y campesinos.



A partir de la instauración de la dictadura militar del General Rodríguez Lara, el 15 de febrero de 1972, que a pesar de su política desarrollista y su verborrea “nacionalista y revolucionaria”, atacó a los trabajadores, conculcando, limitando e impidiendo sus derechos, especialmente el de la huelga y de la contratación colectiva. A objeto de lograr el respaldo de sus afiliados, para enfrentar la embestida de la dictadura, en abril de 1975, la CEDOC realiza su XI Congreso en la ciudad de Portoviejo con más de mil delegados.

El 3 y 4 de julio de 1976, el XII Congreso de la CEDOC y su I Congreso Extraordinario, declara “enemiga de los trabajadores” a la Doctora Isabel Robalino, Esto dio lugar a una escición y a la disputa de la representatividad entre el ala “marxista” y los humanista cristiana, lo que da como resultado la posterior creación de la CEDOCUT por los primeros. De todas maneras, la dictadura militar de entonces reconoce legalmente a la CEDOC humanista, que se la comienza a denominar CEDOC-CLAT.
Para esa época, la estructura de la CEDOC se extiende a 13 provincias, comprendiendo además 7 federaciones profesionales: de trabajadores municipales, metalúrgicos, campesinos, construcción, embarques de frutas, alimentos y textiles.

Una vez reinstalada la “democracia” en 1979 y bajo la presidencia del Doctor Jaime Roldós Aguilera, se comienza a fortalecer la unidad de los trabajadores afiliados a las centrales sindicales existentes, logrando de la legislatura la derogatoria de los decretos antiobreros emitidos por las anteriores dictaduras militares, a pesar de la oposición de los legisladores derechistas León Febres Cordero, Heinz Moeller y Jacinto Velásquez. También se consigue duplicar el salario mínimo vital a 4.000,00 sucres mensuales, entre otros.

Desde el año 1978 hasta 1990, la CEDOC tuvo una importante etapa de crecimiento cuantitativo que le permitió gestar alianzas con otros sectores sociales y mantenerse en el escenario sindical, con personalidad y respuestas propias.

En 1990, la CEDOC venía experimentando síntomas de una nueva división que llevaría a que el Congreso que debía renovar su nueva conducción, no pudiera instalarse estatutariamente y en el que en base a determinadas maniobras políticas y legales, Ramiro Rosales asumiría la Presidencia, generándose el distanciamiento de importantes organizaciones que en determinado momento se agruparon en un llamado Frente Amplio del Trabajo.

En 1994, restituída la unidad interna, se realiza el XIV Congreso Nacional en la ciudad de Quito, el cual elige democráticamente al compañero Ramiro Veloz como su nuevo Presidente Nacional.

Durante estos dos períodos, la CEDOC siente ahondar su crisis política, organizativa y financiera, que la pondría al borde del colapso.
En 1998 se vuelve a producir el enfrentamiento entre dos grupos: el uno liderado por el Presidente saliente y el otro por Wilson Alvarez, que ante la imposibilidad de asumir democráticamente la conducción de la CEDOC-CLAT, opta por tomarse a la fuerza las instalaciones de la Sede Nacional y del Instituto de Formación INEFOS, autoproclamándose Presidente. Durante los días 28 y 29 de noviembre, en la ciudad de Guayaquil se realiza el XV Congreso Nacional de la CEDOC-CLAT, en la sede del Sindicato de Trabajadores de Autoridad Portuaria de Guayaquil, el mismo que se lleva adelante en un ambiente de unidad y de amplia participación democrática y que culmina eligiendo por abrumadora mayoría, como nuevo Presidente de la CEDOC-CLAT, al entonces Presidente del Comité de Empresas de los Trabajadores del Banco Ecuatoriano de la Vivienda –CENTRABEV-, compañero Fernando Ibarra Serrano, quien se compromete, en el lapso de un año, a convocar un Congreso Extraordinario que reformule, redimensione y renueve de manera estructural a la CEDOC-CLAT.

El Ministerio del Trabajo, después de un exhaustivo análisis jurídico, el 22 de diciembre de 1998, reconoce legalmente al equipo de conducción presidido por el compañero Fernando Ibarra y desestima reiteradamente las impugnaciones presentadas en su momento por el grupo de Wilson Alvarez, asesorado por la Doctora Isabel Robalino. Este reconocimiento legal posibilita que en meses posteriores, la legal y estatutaria directiva, presidida por Fernando Ibarra recupere la posesión y los bienes de propiedad de la CEDOC-CLAT.

reunion
En septiembre de 1999 se reune el Consejo Nacional de la CEDOC-CLAT que resuelve entre otras cosas convocar al Congreso Extraordinario para que debata y apruebe las reformas integrales de la Organización y procede a expulsar –por tercer vez- a la Doctora Isabel Robalino, así como a Wilson Alvarez, Rodrigo Muñoz, Angel Alvarez, Jorge Cuisana, David Tenesaca, Gladya Illescas, entre otros, como sanción a su conducta divisionista en unos casos y a los daños materiales causados en contra de los bienes y documentos de la organización, en otros.

Los días 13 y 14 de noviembre se lleva a cabo el Congreso Extraordinario, al que acuden masivamente delegados de todas las organizaciones de la CEDOC-CLAT, donde se aprueban nuevas líneas de redimensión política, organizativa y administrativa-financiera; se oficializa la incorporación de las siglas CLAT a las de CEDOC, sin que esto implique un cambio en su razón social.

Entre los cambios más importantes se destacan la aprobación de la afiliación individual, la estructua de un sistema de control administrativo-financiero permanente, la incorporación efectiva de los jóvenes a la conducción nacional de la Central y un nuevo sistema electoral que profundiza la participación de las bases y reduce los riesgos de divisiones internas por estas causas.

El 25 de Mayo del 2006, se realiza el Consejo Confederal de la CEDOC-CLAT, que reelige en la Presidencia de la Institución, al compañero Fernando Ibarra, para el período 2006-2010 e inaugura una nueva sede, moderna y dotada de la última tecnología, que constituye una reivindicación de la auto-estima de los Cedoccistas y de los trabajdores en general.

El 26 y 27 de Julio del mismo año, se realiza el XVI Congreso Nacional de la CEDOC-CLAT, llevándose a cabo el primer día dos grandes encuentros nacionales de jóvenes y de mujeres trabajadoras, que aprueban sendos manifiestos, ratificados luego por el Pleno del Congreso, el mismo que aprobó:
  • Intensificar la lucha por el respeto a los derechos laborales determinados por la Constitución Política, el Código del Trabajo y los Convenios Internacionales de la Organización Internacional del Trabajo, OIT.
  • Promover el Trabajo Decente, de conformidad con las definiciones de la OIT.
  • Impulsar la incorporación de los jóvenes al mercado laboral y desarrollar con ellos un amplio proceso organizativo y de formación política, que los constituya en las generaciones de relevo para la conducción del movimiento de trabajdores y la cción política nacional.
  • Luchar contra toda forma de discriminación laboral (género, edad, raza, religión, salud, política).
  • Promover la equidad de género en todas las actividades, especialmente en el campo laboral.
  • Intensificar su acción por la erradicación del trabajo infantil.
  • Promover el diálogo social y la concertación nacional, como mecanismo idóneo, para la construcción de un Ecuador en el que impere la Democracia Real, la Justicia Social, la Paz, la Seguridad Ciudadana y la Solidaridad entre ecuatorianos.

La CEDOC-CLAT como institución, nunca se adhirió a un partido político ni ha dependido de ninguno de ellos, pese a las reiteradas acusaciones de otros sectores gremiales, particularmente de izquierda y extrema izquierda le hicieran.